-Nico cariño, tú eres el único hombre de esta casa, tendrás que saciar las necesidades sexuales de Lucas, pero lo único bueno es que su transformación terminara el lunes.
La chica musculosa encerrada en el
servicio se miró al espejo y pudo ver su cuerpo hiper musculoso, no podía creer
que fuera aquella mujer, era dos o tres veces más grande de cuando era un
hombre. Miro tras de ella y vio la ducha, decidido darse una larga ducha,
mientras descubrió a un más su nuevo cuerpo.
Le costó meterse en la ducha, para el
siendo un chico o para cualquiera de este piso era un sitio sencillo para
entrar, era un hueco que para cualquiera podría acceder, pero sus músculos, su
musculatura tan exagerada comparada con una persona normal, hacia que estuviera
apretada casi sin poder moverse.
Bajando sus brazos pegándolas contra sus
caderas, no se podía cuasi mover. Abrió el agua y respiro con calma mientras
mojaba su largo pelo, sus músculos, era un agua muy caliente, posiblemente su
fortaleza, su piel más dura no se quemara. Cogió un poco de jabón y comenzó a
enjabonarse sus fuertes brazos, sus pechos tan duros, sus hombros, sus caderas
lentamente. Le comenzaba a excitar, hasta que llego a su sexo, su musculado
coño y comenzó a masturbarse, sintiendo sus apretados músculos vaginales. Se mordió
el labio inferior, por el placer, mientras llegaba más a dentro con sus dedos.
Se acariciaba sus pechos tan apretados por su musculatura, pellizcando sus
pezones y sintió como llegaba al orgasmo. Entre gritos.
Respiro con calma tras llegar al
orgasmo, cuasi por unos pocos instantes olvido lo que le estaba pasando en
aquellos momentos. Esos momentos de placer hicieron que olvidara que su cuerpo
había terminado totalmente. Se fijo en la barra de hierro donde se colgaban las
toallas y que ella al tocar el éxtasis lo había retorcido como si fuera un
simple alambre. Lucas forzó una sonrisa avergonzándose por la fuerza que tenia
con ese nuevo cuerpo.
Nico y Sofia se miraron a los ojos al
escuchar ese grito de placer proveniente del servicio, el chico que estaba
sentado en el sofá trago saliva y miro a su amiga:
-¿Tengo que hacerlo con ella?
La chica asintió con la cabeza al
escuchar aquello:
-Melinda me dijo que se pondría muy
agresiva si no se sacia de alguna manera sus ganas de follar.
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