A ultima hora de la noche, Eduardo quería verse al espejo mejor y se levanto de la cama y fue al servicio, al levantarse Berta se despertó y se quedo en su cama, a la espera de saber si todo estaba bien, se guiaría de los sonidos en la silenciosa noche.
La chica de enormes tetas entro en el
servicio y se quito la sabana, pudo ver mejor su cuerpo, su nuevo cuerpo
femenino, se comenzó a tocar esas enormes tetas, no podía creer que fueran tan
suaves y que tuvieran ese peso, que tuviera los pezones tan sensibles. Se llevo
las manos a su trasero y comenzó a tocarlo, era tan carnoso y grande.
Se aparto un poco las enormes tetas para
ver sus pies, su ombligo o hasta ver su nueva vagina.
Escucho como alguien entraba en el
servicio y cuando se quiso dar cuenta hay estaba Tony y José que estaban esperando que Eduardo saliera de la
habitación:
-¿Chico,
que haces aquí?
Tony se
acerco a la voluptuosa chica, que a hora Eduardo siendo una mujer le llegaba hasta
su hombro, era mas alto que su amigo o amiga a hora, José era algo mas alto que
Tony e intimidaba a la pequeña chica.
-Queremos
tocarte esas tetas-Dijo Tony.
Uno le cogió
una teta y la apretó, la manoseo y se llevo su pezón a su boca, el otro le
apretaba el otro pecho hasta hacer que saltaran un par de gotas de leche, sus
manos se iban también a su trasero.
-Joder,
la tengo tan dura que quiero metértela-Dijo José.
Berta abrió
la puerta de golpe y vio a su hermano y a su amigo, manoseando las tetas de
Eduardo y con la correa que tenia entre sus manos comenzó a impartir justicia.
-¡¡¡CERDOS!!!
Tony cayo
al suelo al recibir un correazo, Berta cogió de la camiseta a su hermano y le
miro a los ojos, mientras lanzaba tras de ella la correa, que se enredo en las
enormes tetas de Eduardo que, al intentar quitárselo, se apretaba mas y no dejaba
de soltar leche materna.
-Eres un
cerdo, intentar follarte a tu mejor amigo…-Dijo Berta.