Ella me cogió, me levanto con sus fuertes brazos y me tumbo sobre el asiento de una de las máquinas, mis glúteos sobresalían, mis carnosos muslos me mantenían tumbada, mis grandes senos se expandían por su peso, se movían como si fueran dos gigantescos flanes.
La musculosa Miley se tumbó encima mía,
sentía el calor de sus músculos, sentía como sus fuertes brazos fueron contra
mis glúteos y los apretaron con fuerza, su fuerte pecho, se apretó contra mis
grandes tetas. Ella rápidamente me cogió de mis tetazas y las apretó, hasta que
salieron un par de gotas de leche materna y que al ver esas blanquecinas gotas
se llevó mis pechos contra su boca, presionándolas para que mis pezones
cupieran en su boca. Sintiendo como ella se amamantaba de ellas, mis pezones,
mis sensibles pezones tan eróticos se ponían muy duros.
Se los saco de la boca, mientras seguía
a presionando mis grandes senos y un hilo de saliva unía su lengua con mis
duros y mojados pezones. Me estaba derritiendo, en sus fuertes manos.
Cogió uno de mis carnosos muslos y comenzó a frotarse conmigo, mi coñito contra su musculado coño de mujer musculosa sentía que mis carnes magras, de movían, cada kilo, cada centímetro de grasa, mis enormes tetas se movían al son del frote de esa gigantesca y musculosa mujer. Sentía como el placer se hacia conmigo. Yo agarre con fuerza su musculado abdomen y ella me apretó hasta deformarlo una de mis grandes tetas, yo movía mi cabeza por el placer que sentía.
-Siiiii, super Miley Cyrus, Siii!!!!
Me cogió con fuerza, forzando sus
grandes músculos, me levanto y me puso a la altura de su boca, yo puse mis
canosos muslos apoyados en sus inmensos hombros y mis enormes tetas se apoyaron
en su cabeza, sus manos apretaban, se apretaban contra mis carnosos glúteos y
ella comenzó a comerme el coño. Estaba en la gloria, gimiendo como una cerda.
Ella me dejo en el suelo forzando sus
enormes músculos, tan sudados tan calientes, y se sentó en un escalón abrió sus
fuertes y enormes piernas, yo me apoyé en ellas y metí mi cabeza, acercándola a
ese coño tan musculado y chorreante, deseando ser lamido.
Yo lamia sin cesar ese coño, que con
tanta musculatura era la zona más sensible, más frágil de la gigantesca Miley,
ella gemía sin cesar, posando sus grandes manos en mi redonda cabecita de
hispana:
-No pares cerdita...
Al levantar mi redondita cabecita, de
largo y sedoso pelo oscuro ella apoyo su musculosa pierna encima de mi hombro,
yo sin pensarlo dos veces comencé a frotarme contra ella, nuestros coños se
frotaban sin cesar, se lubricaban al rozarse. Entre jugos vaginales y sudor.
Esa pierna enorme tan musculada contra
mi carnoso cuerpo voluptuoso, mi lengua pasando por su gran gemelo, mientras
mis manos se aferraban fuertemente a ella. Ella se levanto un poco y me cogió
de mi carnoso muslazo y comenzó a lamer mi fino pie.
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