Diego salió de casa para estirar un poco sus piernas, estaba cansado de estar estudiando durante horas para ese dichoso examen, el chico era un universitario, bastante delgaducho, con pelo oscuro bastante largo, algo mal cuidado y de apariencia desgarbada, se consumía bastante intentando sacar sus estudios, de tener una carrera y un buen trabajo, aunque sabia que de alguna manera se metería en problemas y no conseguiría nada, pero lo intentaría.
Un paseo
una cerveza, un bocadillo de algo lleno de colesterol que siempre era lo mejor
y se volvería a meter en la cueva, para no volver a ver la calle hasta dentro
de unas semanas.
Con su
mirada cansada, son su media sonrisa, disfrutando de aire puro, solo pensaba en
quedar con sus amigos y perder las pocas horas que tenía. Hasta que lo vio
frente a él una vieja librería y pensó que podría ver lo que tenía, quien saba
podría encontrar algo de su escritor favorito y no gastarse tanto dinero,
dinero que tenia solo para cerveza y bocadillos.
Al entrar
en la vieja librería, podías respirar ese polvo, ese olor a libros viejos que
era tan acogedor, la primera persona que te vio entrar era una mujer mayor de
unos 70 años, de pelo canoso, vestida de negro, con gafas y que estaba leyendo
uno de sus libros, el chico sonrió al verla:
-Hola
solo quiero ver….
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