Miras a la doctora con rabia, con ira por el cambio que sufriste de tu cuerpo, hinchado de silicona, algo que nunca pediste y con odio intentaste pronunciar las palabras que querías que ella escuchara. Mientras le temblaban las piernas y le temblaban las piernas sin cesar:
-No
tenias derecho en transformarme en esta mujer……-Le gritas con odio.
Te miro a
los ojos con una sonrisa en los labios, te cogió con fuerza el rostro y te miro
a los ojos, observando tu nuevo rostro que ella había trabajado con tanto mimo:
-Chico
sin trabajo, sin vida y sin futuro, deja que te proteja, te de dinero y que
valgas para algo.
- ¿Qué quieres
que haga?
La
doctora sonrió mirándote a los ojos, tenia una larga lista de cosas para que
hicieras, tenias un gran futuro entre sus manos:
-Deja que
te guie, serás una estrella, serás la mejor y ganare mucho dinero.
Al decir
aquello, fue la primera vez que pudiste ver el rostro de tu enfermera, una gran
belleza, apartada de lo exuberante y de las medidas imposibles que tenías a
hora:
-¿Por dónde
tenemos que empezar?
La doctora
asintió con la cabeza:
-Primero
aprende andar no quiero hacer nada con una lisiada, tenemos mucho trabajo por
delante.
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