Al cortarle las vendas, el frescor de la habitación recorrió su vagina, hasta haciendo que por esa excitación le latiera humedecida su clítoris. Estaba muy cachonda.
Sus manos se alzaron y le cogieron de
sus fuertes hombros y Millie sonrió y le acaricio el rostro, se fue acercando
lentamente a su rostro y fue besando lentamente los labios de Raul.
Se tiraron en la cama las dos mujeres y
la frágil versión de Millie se poso encima de la verdadera actriz inglesa, tan
musculosa, tan sudada, ya que su cuerpo delgaducho no podría soportar tanto
peso encima suyo.
Raul le dio un beso en los labios,
mientras que su frágil mano iba hacia una de las musculosas piernas de su
amante de que esta levanto para ayudarle con el peso de sus músculos, Millie
disfrutaba al sentir esa mano acariciando sus muslos, apretando sus fuertes
glúteos.
La débil chica fue bajando lentamente y
acaricio, apretó y presiono esas grandes tetas que le volvían loca, lamiendo,
mordisqueando, succionando esos pezones.
Pasando su lengua por esos abdominales
tan marcados, tan duros y llegando a sus caderas, donde estaba ese coño tan
musculado, tan apretado con esas enormes y musculosas piernas. Con su lengua
comenzó a lamer esa vagina, jugando con el clítoris.
Dejando que la enorme mujer musculosa
callera, ella se dejaba vencer por el placer como si fuera Goliat, su amante
David y su lengua la honda que le venció. Raul en comparación de su amante
parecía una mujer muy débil, pero conseguía vencerla con placer.
Se aferro con fuerza de sus musculosas piernas, con el peligro que si las cerraba al tener un orgasmo le podía reventar la cabeza como si fuera una sandia.
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