Aparte de un gran dolor en cada centímetro de su piel,
intentando moverse, sentía como sus costuras y sus cicatrices le dolían sin
cesar.
Una de sus manos se resbalaron de su atadura y al conseguir
sacar una de ellas, fue rápidamente hacia la corre de su otra mano y se desato.
Rápidamente fue hacia sus piernas y conseguido ser libre.
Al tocar el frio suelo y ponerse en pie, sintió algo extraño
entre mareos, se sentía más ágil y sentía que había perdido mucho peso, desde
que fue atacado y se había despertado en ese lugar.
Vio que sus manos, sus brazos, sus piernas, su rostro estaba
vendado y lo único que llevaba puesto era una bata de hospital.
Intento ser muy silencioso para salir de allí, abrió la
puerta y vio sentada en el sofá y de espaldas a Emma, esa enorme espalda
musculada cubierta por una camiseta de tirantes.
Al correr con todas sus fuerzas, sintió que su cuerpo estaba
diferente, mas delgado y mas ágil, todo vendado de arriba a bajo, corrió al ver
la puerta de la casa abierta.
Emma vio como esa andrógina figura salió corriendo, con
tranquilidad se levantó, se fue hacia el dormitorio donde estaba sus amigas,
paso a paso sus músculos en reposo votaban ligeramente.
Se asomo a la puerta y vio a Miley cogida del cabecero de la
cama, forzando sus musculosos brazos, abriendo sus duras y musculadas piernas,
mientras que Millie, lamia ese coño tan musculosa vagina, que si lo cerraba y
apretaba con todas sus fuerzas podía arrancar un pene masculino.
-Millie se te escapa tu juguete....
La jovencita al escuchar aquello cogió la ropa tirada en el
suelo, camiseta de tirantes, que le quedaba extremadamente estrecha marcando su
musculoso cuerpo y sus grandes senos, unos pantalones cortos elásticos que se
pegaban a su marcados y perfectamente musculado glúteo y piernas.
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