Estabas agotada ya que no podías más, habías agotado todas tus fuerzas cuando follastes como una loca, pero lo más increíble es que no te acordabas de nada, era sentir esa droga y volverte loca.
Te tumbaste en la cama y sentiste como tus
grandes tetas a reventar de silicona de hundían en la cama, que también podía
con tu cuerpo, tan frágil y femenino, te quedas totalmente dormida.
Al abrir los ojos vistes que tenias las
piernas levantadas, con dos hierros, tenias los brazos atados con cinturones,
tenias tu entre pierna preparada para algo, intentabas moverte.
Una mujer que desconocías, no era Brie,
era otra enfermera de pelo oscuro, apariencia delgaducha, de grandes ojos, con
una cabeza con la forma similar a una aguja, comparado a su delgaducho cuerpo. Tenia
entre las manos una jeringa que tenia preparada para comenzar a penetrarte.
Brie entro en la habitación y sonrió al ver a su amiga Cristina:
-Bueno cariño te voy a informar un poco
lo que te vamos hacer….
No hay comentarios:
Publicar un comentario