La chica de muletas fue andando torpemente por la casa hasta llegar a la puerta de la casa para salir al jardín, la verdadera Millie más grande y musculosa iba delante de ella para vigilar que no se tropezara con nada, para que no se cayera, ya que podría ser fatal, con las vendas, los puntos que tenía tras la operación.
Al salir la chica con sus muletas, sonrío al ver por primera
vez en mucho tiempo el cielo azul, el principio de la primavera se notaba hasta
en el gran desierto, algunas plantas del jardín aguantaban el fuerte calor,
gracias a que las chicas las iba regando, las cuidaba día tras día.
Su nuevo cuerpo, su nueva vida era un regalo para él o mejor
dicho ella, tras operaciones, ahora era una adolescente, pero por dentro era un
cuarentón.
Se tropezó con sus muletas y al caer contra el suelo, fue
salvado por la enorme y musculosa Millie, las dos mujeres de 19 años se miraron
a los ojos, la misma altura, una con la figura original de la jovencita y la
otra su nueva versión, más grande, más fuerte, más musculosa y más llena de
venas y bañada de sudor.
- ¿Quieres que te pasee por el jardín en brazos?
Raul asintió con su frágil cabecita y dejo que los grandes y
fuertes brazos la cogieran, la levantaran con mucha facilidad, para Millie su
creación era un peso pluma para sus bíceps, era tan fácil transportarla por el
verde y hermoso jardín.
Se sentía tan a gusto entre esos músculos, que le rodeaban,
que le protegían, al girarse un poco pudo ver a su protectora, a su nuevo amor,
a su hermana gemela musculosa.
-Me pasaría toda la vida entre tus brazos Millie.
La chica de pelo oscuro y de cuerpo musculoso sonrió al
escucharle, la tenía cogida entre sus brazos y apretando sus grandes senos:
-Eres lo mejor que me ha pasado, creándote sentí como me
enamoraba de ti Raul.
Las dos mujeres, se comenzaron a besar lentamente, hasta que
la delgaducha jovencita dejo de posar sus labios contra su amor, al sentir el
dolor de sus cicatrices. Eso hizo que la mole de músculos la llevara hacia
dentro de la casa para darle algunos calmantes.
Millie llevo entre sus brazos a su querida clon entre sus
manos y fue entrando dentro de la casa, donde Emma totalmente desnuda, cada uno
de sus músculos brillaban por las gotas de sudor que se resbalan por todo el
cuepo.
Estaba dándole una lección a Miley que estaba tirada en el
sofá que aguantaba su peso musculado. La líder del grupo se dejo llevar por lo
caliente que estaba su compañera y comenzó a ponerse un arnés con un enorme
consolador. Que lubrico con su saliva:
-¿¿QUIEN MANDA AQUÍ??-Grito Emma.
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