Raul se despertó lentamente y miro a su alrededor, se sentía dolorido o mejor dicho dolorida, por la operación. Estaba atada con esas ataduras para que nos te movieras ni siquiera un centímetro y esta vez se sentía diferente, aun más si podía ser.
Ya que sentía una presión en el pecho, dos bolas de silicona
apretadas con uno de los cinturones que tenia en el pecho, eran sus nuevas
tetas, sus turgentes nuevos pechos.
Levanto un poco su cabeza para poder verlas, aunque
estuvieran con algunas vendas, pero las sentía, las sentía hay, sentía como era
tener tetas.
Atontada miro a su alrededor y vio a Millie que preparaba el
nuevo paso de su operación:
- ¿Era tan complicada la operación, Millie? Ya estaba
preparada para que me hicieras lo que quisieras....
La enorme mole de músculos juvenil sonrió, apretando sus
bíceps, marcados por alguna vena:
-Raul, no quería que te despertaras y te asustaras
nuevamente, quien sabe te hubieras hecho daño, sabes tienes unas tetitas
juveniles preciosas, usas una talla perfecta como yo lo hacía, yo tengo que
usar unas tallas más, por tener una espalda mas grande, un torso con más
volumen muscular...Las tuyas serán deliciosas, con la dureza de la silicona.
Millie se acerco a su paciente y le volvió a poner la
mascarilla en su rostro, esta vez tendría que romper algunos huesos y cortar
algunos para que Raul fuera de su altura.
-Duérmete cariño, estas apunto de encoger un poco, tengo que
expandir un poco esa cadera, para que tengas aguante para los glúteos nuevos
que te pondré.
Tres días después, el dolor de pasar el efecto de las drogas
despertó a Raul, ella se despertó lentamente, totalmente inmóvil ya que estaba
atada a la cama, esta lentamente se fue elevando, dejándola atada con las
correas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario